jueves, 29 de septiembre de 2011

Carlos tenia razon, al dia sihuiente tenia un enjambre de abjeas realmente molestas zumbando en mi oido. Habia tenido resaca antes pero nunca tan fuerte como esa. Quiza se debia a la droga en mi interior. Me quede viendo al techo hasta papá entro y la encendio.
- Joder, papá ¡Apaga la luz! - chillé.
- Cuida tu boca, Kim - me reciminó - Carlos está aqui, te espera en la sala.
- ¡Mierda! - murmuré poniendome de pie y viendo el reloj - estaré lista en cinco minutos para hacer el desayuno.
- No te preocupes, me encargue de eso hoy. Necesitabas dormir despues de que llegaste tan tarde ayer.
- lo notaste - dije cogiendo un par de jeans y una blusa.
- no podia dormir. Era muy tarde, Kim. Se suponia que llegarian temprano.
- Fue mi culpa, me la estaba pasando realmente bien y no quería irme. Carlos insistio pero no logro convencerme.
- si, el dijo que habia sido su culpa y se disculpo. Dijo algo de un neumatico pinchado.
- es un idiota, papá. Lo sabes, el nunca dirá que fue mi culpa. Me protege demaciado.
- no se si eso es bueno o malo.
Entre a la regadera y segui charlando con papá.
- ¿bebieron?
¡Mierda! - ¿que?
- que si tomaron alcohol, Kim.
- Hmm.. Si un poco, tal vez un par de cervezas.
- interesante. El dijo que no.
- te dije que es un idiota.
- si es un idiota ¿por que sigues con él?
- porque es un idiota muy lindo - dije en tono de broma mientras salia del baño. Papá levanto una ceja ante mi respuesta - sin mencionar que estoy locamente enamorada de él.
Me pase por la habitacion hasta que encontre mis "converse" negros y desenrede mi cabello.
- papá, aceptaron mi... Solicitud de intercambio.
- Lo se.
- ¿como?
- Hable con Kevin esta mañana.
- ¡oh! Y bien?
- no puedo detenerte, Kim. Siempre deseaste ir a España, ahora tu sueño se hace realidad.
- que pasara con Cristobal? Tu no tienes suficiente tiempo para cuidarlo.
- llamé a tu abuela, sabes que esta muy sola desde que murio tu abuelo. Dice que estara encantada de venir y cuidar a Cristobal mientras estoy en el trabajo.
- le daras una habitacion ¿cierto? No vas a dejar que conduzca ocho horas en medio de la oscuridad, y menos por esa carretera.
- claro que no dejaré que mi madre conduzca por esa carretera en plena oscuridad! - solto él - sabes que le daré una habitacion y que Cristobal le rogará que se quede.
- Bien. Eso me tranquiliza.
- Me dijo Kevin que vuelas mañana temprano.
Asenti, aunque sabia que no era pregunta - Hoy tengo que pasar por la oficina a recoger mi boleto y la direccion de mi residencia.
- de acuerdo - se puso de pie y me abrazo - probablemente no pueda decirte adios mas tarde, cariño.
Un nudo crecio en mi garganta y de pronto recorde que tenia el tiempo encima ¡Joder! (Papá tenia razón, debia empezar a cuidar mi boca). Como si papá pudiera leer mi mente, se aparto de mi y besó mi frente como cuando tenia seis años.
- corre, te estan esperando.
Baje a toda velocidad las escaleras y al llegar al ultimo escalon un terrible vertigo me invadio. Carlos estubo a mi lado en cuestion de segundos.
- ¿te sientes bien? - pregunto.
- estoy bien - mentí y dibuje una sonrisa en mi rostro.
- ¿segura?
- si, solo necesito un cafe bien cargado y una pastilla.
Carlos me miro mal cuando dije "pastilla", obviamente recordando lo que habia pasado la noche anterior en el antro con aquel tipo de la droga.
- algo asi como una aspirina - agregué para que se calmará.
Me acompañó a la cocina y se sento en la barra desayunadora frente a mi. Me observo deborar un par de huevos revueltos y un pan tostato con mantequilla de maní.
- ¿tenias hambre? - pregunto en tono de broma.
- no te imaginas cuanta - murmuré para tomar un largo trago de cafe.
El dolor de mi cabeza no mejoraba, asi que fui por unas pastillas para la resaca en el botiquin del baño.
- ¿mejor? - preguntó cuando sali del baño.
- No - conteste muy a mi pesar - pero espero poder dormir un poco en el auto y que el dolor se vaya en el camino.
Cris y papá ya se habian ido mientras desayunaba asi que cerre la casa y teclee el codigo de seguridad para la alarma.
Carlos abrio la puerta para mi y en cuanto mi cabeza toco el suave cuero negro del asiento, me quede profundamente dormida.
- Mi amor.... Kim, despierta. Llegamos.
Abri los ojos lentamente y la luz me molesto demaciado.
- Diablos, juro que no volveré a tomar en mi vida. Esta resaca me esta matando.
Carlos rio y fue a abrir la puerta para mi, cruzo un brazo por mi cintura (mas que nada para ayudarme a andar) y cogio nuestras mochilas, ni si quiera me moleste en pedirme la mia, dudaba que pudiera sostenerla. Me llevo hast mi salon y se asomo pidiendo la ayuda que Caty, la cual aparecio de inmediato.
- Hola, Carlos... Hey, Kim.. -se callo al verme ahi, casi completamente sosteniendome a la ayuda de Carlos, llevando lentes de sol en un dia semi nublado y con mi cabello hecho un desastre - por Dios, kim ¿que te paso?
- yo no tengo nada... Solo mucho sueño - conteste para despues soltar un bostezo y acurrucarme mejor en el pecho de Carlos.

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