Por supuesto que Caty me ayudaria, ella me apoyaría en cualquier decision que tomara estando en mis cinco sentidos.
- Estas segura de lo que vas a hacer? - pregunto mientras caminabamos por el estacionamiento.
- Completamente segura-conteste levantando mi barbilla para denotar seguridad-creo que estoy lista.
Ella se encogio de hombros - es tu decision, creo que no puedo meterme en ella... Pero... Me contaras todo, cierto? Sabes que yo no...
- Caty, somos amigas y confio en ti. Y claro que te lo contaré.
Cambiamos el tema de conversacion y Caty condujo hasta el sentro comercial. Entramos a una tienda que la mayoria de las veces ignorabamos cada vez que ibamos de compras. Compré lo necesario con la ayuda de Caty y el asesoramiento de una alegre vendedora y luego me llevo de regreso a casa.
Entre a casa y cogi el auricular para llamar a Cris.
- Hola, Kim - contesto con una alegre voz.
- Cris, recuerdas que la semana pasada me pediste permiso para ir a casa de tu amigo Luis?
Mi hermano tardo mas en contestar - si, dijiste que tenias cosas mas importantes que hacer que ir por mi a casa de Luis.
- crees que Luis pueda invitarte a su casa hoy? - pregunte apresuradamente.
- ¿que planeas, Kimberly?
- solo dime si puedes conseguir que Luis te invite a su casa hoy.
- no se que tramas pero si me dejas ir a casa de Luis esta bien. Espera mientras le pregunto... - hubo un silencio y despues algunas risas, escuche la voz de mi hermano preguntandole a su amigo y despues escuche su voz mas cerca del auricular - dice que si, su mamá puede llevarnos pero tu debes ir por mi.
- si, eso lo se. Tu me llamas cuando deba ir por ti ¿de acuerdo?
- de acuerdo. Gracias Kim.
- si como sea. Pero si papá pregunta...
- si, le dire que yo te llame para preguntarte y que tu como la buena hermana que eres me dejaste ir.
- ese es mi hermanito, diviertete con tu amigo.
Colgé. Fui a la cocina y resvisé el congelador, teniamos un par de chuletas y pescado. Cogi dos filetes de pescado y los empanize, fui por espagetti y lo puse en la flama. Estaba fritando los pescados cuando cogi el auricular de la cocina y llamé a Carlos.
- Bueno.
- Amor, ya vienes? - pregunté.
- si, estoy contigo despues de comer algo.
- No - grite y luego rei - estoy cocinando algo que estoy segura que te encantará.
- pero muero de hambre, Kimy.
- por favor, bebe - dije dulcemente.
El rio, no solia usar mucho esa palabra con él y solo lo hacia cuando queria sonar realmente adorable.
- esta bien, entonces ya voy para aya.
Colgé despues de eso. Saque los filetes del fuego y revise el espagetti, estaria listo en cualquier momento.
Tomé las bolsas de mis compras y las lleve al baño de mi habitacion. Encendi un par de velas aromaticas que encontre en armario del pasillo. Coloque una en mi mesita de noche junto al despertador, una mas al lado de la cama en el piso y cerre la persiana. La habitacion quedo sumida en una exquisita oscuridad y el aroma a rosas inundo el aire a mi alrededor. Me lleve otro par de velas para llevar a la cocina y ponerlas en la mesa. Coloque los platos en su lugar y apagé el espagetti antes de que se quemará.
El timbre de la puerta que daba a la calle sonó. Miré por la ventana de la sala y vi el auto de Carlos.
- adelate - dije atraves del altavoz y abri el acceso para coches. El aparco frente a la puerta principal y bajo del auto. Llevaba un ramo de rosas en una mano y un enorme oso de peluche en la otra.
- Mi amor - grité corriendo hacia él y abrazandolo.
- Hey, no crei que me extrañaras tanto - dijo abrazandome tambien.
Me monte sobre él cruzando mis piernas por su espalda y manteniendome muy cerca de él. Lo tome desprebenido pero dejo caer las cosas que llevaba en las manos y puso una en mi cadera y la otra en mi trasero para mantenerme sobre él.
- Te extrañé más de lo que imaginas - jadee contra su rostro para despues besarlo apasionadamente.
- eso que fue? - pregunto cuando al fin lo liberé.
Rei - te amo y eso es lo que importa ahora - susurre en su oido y despues besé su cuello.
- Kimy... Por favor! - jadeo él.
Me detube y me baje de él. Cogi el ramo de rosas y el oso y entre en la casa sin decir nada.
- ¿Kimy? - pregunto yendo tras de mi.
Subi las escaleras hasta mi habitacion con él siguiendome, entre el baño y cerré la puerta.
- ¿que pasa, Kim? - pregunto tocando la puerta del baño con los nudillos.
- ahora voy - grité.
Estaba nerviosa, muy nerviosa. Con manos temblorosas abri la bolsa del centro comercial y me deshice de mi ropa para ponerme lo que habia comprado. No tarde mucho en haberme cambiado. Me puse un par de zapatillas de plataforma rojas, solte mi cabello sobre mis hombros y me puse un labial rojo. Me miré en el espejo del lababo. Estaba lista.
Aun temblando quité el seguro de la puerta y la abri lentamente. Carlos estaba viendo unos discos que estaban al lado de una grabadora. Giro cuando escucho mis pasos. Su mirada recorrio mi cuerpo lentamente, fijandose especialmente en mis piernas descubiertas y en las curvas de mis caderas.
viernes, 30 de septiembre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)




No hay comentarios:
Publicar un comentario